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“MARIA
TUVO UN HIJO MITAD
TERRESTRE
Y MITAD
EXTRATERRESTRE”
Comenzaré
relatando mis experiencias, de cómo y porqué llegué a tenerlas, pero, no me
detendré, en situaciones borrascosas o escabrosas.
Solamente
diré, que vinieron a mi casa, pasada la media noche, y me dijeron que debían
hacerme una “Revelación”.
La “Revelación”,
era: que
mi hijo, era mitad terrestre y mitad extraterrestre.
Yo,
había quedado viuda hacía 4 años, después de estar 15 años casada, debido,
a que mi madre estaba por morir.
Me
comprometió mi madre, un 28 de Octubre, con un joven de la Oligarquía, y me
casó un 24 de Noviembre de 1945, o sea, que tenía 15 años, y el 28 de Octubre
del año siguiente nació mi hijo.
Al
venir los extraterrestres, después de habérmelo anunciado durante todo el día,
y decirme, que venían en son de paz, y que no me fuera a asustar.
Bien,
vinieron a las 12:00 de la noche y me hicieron esa “Revelación”.
Al día
siguiente, lo charlamos con mi hijo, y cual no sería mi sorpresa, cuando mi
hijo me dice: Yo ya lo sabía, los estaba esperando, y le cuento la revelación
y me dice: Yo sé como te lo hicieron, ¿Y
cómo lo sabes? le digo, y me
dice: Si me enviaron para escribir un
libro, cómo no lo voy a saber. Lo que sí, teneme al tanto de todo y cuándo te
lleven, fijate bien en todo; cómo vienen, cómo entran, dónde te llevan, cómo
visten, y le digo: Ellos me dijeron,
que tenían, “transmisión mental, captación de pensamiento y dominación
mental”, una pinturita.
Me
dijeron que me precisaban, para cumplir una misión, pero que primero, me quitarían
unos sentidos, y a cambio, me darían otros.
Como
ser; aumentarme el humor, quitarme el temor, darme docilidad, quitarme el poder
de analizar, razonar, etc..
Prosigo,
mi hijo, me insistía, que estuviese alerta y los vigilara, y yo le decía: Sí,
cuando Ellos quieren, ya que me
dominan mentalmente, y yo, puedo mirar, escuchar, caminar, pero a veces me
inmovilizan, ya sea tengo la lengua dormida, o cuando quieren Ellos que hable, y
cuando no, no, y mi hijo me dice: Eso
ya lo sé. Cómo proceden, cómo actúan con vos, es lo que quiero saber.
Nadie
mejor que él, para saberlo.
Yo le
explicaba, que a veces estaba acostada, durmiendo y era como sí, de un pulso o
ya sea, mentalmente, parecía que un imán me levantara y yo como una autómata,
me levantaba, y un día, lo pude experimentar muy claro. Ante la insistencia de
mi hijo, me di cuenta, que yo les habría la puerta, que estaba con llave, y
entraban por el comedor, mi hijo, dormía en la pieza, o sea que nunca se
despertó, más bien diría, que lo dormían.
En
una oportunidad, me revisaron todo, desde el taller de electrónica, se llevaron
una lámpara de radar, que mi hijo tenía, a la mañana cuando revisó, notó
solo ese faltante, yo miraba, ya que Ellos me decían que venían en son de paz
y al abrirle la puerta pensaba: “¡ha!, son los muchachos...”, pero esta vez vinieron con unos
enanitos, que no medirían más de 50 centímetros, tenían busitos, como de nilón,
color manteca, con una capucha, que les tomaba la cabeza y las orejas, dejando
la cara al descubierto. La cara era color manteca, tirando a ceniza, “una
especie, a los hongos del campo”, no sé si era piel, parecía esponjosa, eso
sí, transpiraba, ellos son los que se ocuparon de revolver todo.
Como
traían una especie de radio, de unos 20 cm. de ancho y 30 cm. de alto y tenía
una antenita, lo pusieron sobre un aparador, yo en un descuido se los quise
quitar, y uno de los enanitos, saco una especie de pistola de la cintura, y me
fumigó con un líquido, que se vaporizó, y yo empece a saltar y a gritar, por
que me moría del frío, y a los que los traían, que eran físicamente como
nosotros, los terrestres, yo les dije: ¿No
me dijeron que venían en son de paz?, y me dicen, que creyeron que yo les
quería quitar el aparato, y les dije que sí, que se los quería quitar, por
que mi hijo me lo pidió, que quería algo de Uds., para comprobar realmente,
que Uds. estuvieron, y me dicen, que ya lo va a comprobar, en su momento, y se
fueron y se me cortó el frío, lo que yo pensé en ese momento, es que así debía
ser, lo que tiene el extinguidor de incendio, perdón por mi ignorancia.
La
primera vez que vinieron, me dijeron: ¿Que
tal María?, que es mi sobrenombre, y yo pensé, ¿cómo lo saben?, y se lo
pregunté, y me dijeron, que me conocían, de antes de nacer, y yo me dije: Sí,
que idiota que soy, al preguntarlo, no solo eso, me dicen: ¡Pero si siempre te estuvimos vigilando!, que yo no era desconocida
para Ellos. Sí ,siempre me sentí vigilada.
Prosigo,
a la mañana, como mi hijo insistía, en qué porqué no querían contactarce
con él..., ¡claro, porque yo soy técnico,
porque a mí, no me van a pasar, en cambio a vos te hacen ver y te la pintan,
como quieren “Ellos”!, ¿por qué no me llevan a mí?.
Comentaré
una anécdota.
Cuando
mi hijo, asistía, a la Técnica, escuela en la cual, estudiaba electrónica, un
día, me llaman, a una reunión, fui, ya que me citaban solamente, a mí,
estaban, los Ingenieros y los profesores, me imaginé, que no era, por nada
bueno.
Cual,
no sería, mi sorpresa, cuando me dicen, que no lo envíe más, a la Técnica, y
les digo: ¿Por qué?, y me dicen: Por
que su hijo, no precisa que le enseñen, él aprende sólo, y yo les digo: Sí,
lo que pasa, es qué, no lo aguantan más, y me quieren echar, esa excusa.
Y me
dicen, ofendidos: ¿¡Cómo, vamos a hacer eso!?.
A lo
que me dicen: ¿Ud. no oyó, hablar de los
niños prodigio?, y les digo: Sí, no me digan, que es un niño prodigio, por que, me empiezo a reír,
de ahora, hasta mañana, y me dicen: Bueno,
empiece, porque lo es, pero no se lo diga a nadie, por que lo pierde, déjelo,
crecer normalmente, y me dicen: Para
qué, va a gastar, dinero inútilmente,
¿acaso Ud., no trabaja para que él estudie?..., es para que, no se sacrifique
de vicio.
Y yo, me dije, ¿y ahora, qué hago?,
leí en el diario, que comenzaba, un curso de, Licenciado en Relaciones
Publicas.
Y le
dije, a mi hijo, con el recorte en la mano: Te
vas, y te anotás, aquí, cuando, mi hijo lo lee, me toma de los hombros,
y me dice: Vení vieja, vení, sentate aquí, que vamos a hablar, decime, ¿vos, te
volviste loca?, ¡cómo voy a ir, a ese curso!, ¿no ves, que dice: Para
alumnos, con bachillerato?.
Y
le dije: Y a vos, que te importa, vos vas,
y te anotás, y chau.
Fue,
y se anotó, y su sorpresa, fue tal, que concurrían, desde Profesionales,
Empresarios, alumnos con bachillerato, él, era el más chico, y el único que
sabía, que levantaba la mano, el que daba respuestas, y me dice: Vieja,
¿como sabías, que yo sabía?.
Fin
de la anécdota.
Prosigo,
y acto seguido, como a la noche, había estado garuando me dice: Vamos a ver por
donde vienen, y me dice: ¡Hoy, hoy, mirá!, en la tierra húmeda, estaban las pisadas de los
enanitos y las normales, y las siguió y terminaban junto a un árbol centenario
de olivo, que, donde comenzaban las ramas mi hijo solía sentarse, por que al
abrir los brazos hacia arriba, que eran las ramas, del grosor de una lechera de
2 litros, formaban en el nacimiento, un perfecto asiento.
El
tronco, no lo abrazaban, ni 3 hombres, del grosor que tenía el olivo.
Lo
incomprensible se hizo comprensible, ya que, con el correr del tiempo, supimos
el porqué, detenían, suspendida en el aire, la nave arriba del “olivo”, no para
trepar, ya que ellos hacían “chup”, y se elevaban hacia arriba, se
introducian y cerraban la escotilla, “chaf” y a otra cosa, el olivo era fuente de energía
espiritual y creo que, todo lo de Ellos, es en base a energía.
Bien,
satisfecha la curiosidad de mi hijo se marchó a trabajar.
Yo le
supe explicar a mi hijo, que Ellos los “Extras”, me dejan hablar, si Ellos
lo creen conveniente, de lo contrario de la infinidad de veces que me
llevaron..., por lógica le dejan en la memoria lo que creen, que es
conveniente, y lo que no se lo borran, o bien, ya sea que una, esta totalmente
imposibilitada de hablar, ya que tiene la lengua dormida, puede ver, caminar, oír
pero no hablar, “muchos maridos quisieran saber el secreto”, en este relato
expliqué, que me dijeron, que tenían, “captación mental, transmisión de
pensamiento y dominación mental”, con solo mirarlo a uno, los emplean a esos
poderes, cuando lo creen conveniente, “y en qué caso”, con un pulso, y la
dominación parcial o total es lo más clásico en ellos, de allí que dicen, ¡quedó
paralizada!, yo diría, impedida de movilizar tal o cual miembro, o sentido, es
sistemático, efectivo para las distintas tareas que deben realizar.
No
digo ni que esté bien o mal, solo me limito a lo que me ordenaron, ya que años
atrás, me tenían prohibido hablar del tema, hoy me sugieren escribirlo y lo
hago, sin quitar, ni agregar nada.
Creo
que están aclarados los puntos claves, con que se ira desenvolviendo esta
trama.
Bien,
prosigo, referente a mi embarazo, “embarazoso” por cierto, en una
oportunidad, me di cuenta que estaba en una camilla y había tres médicos de
guardapolvos blancos, 3 de cada lado de la camilla, entre varones y mujeres 6,
la camilla estaba en el piso y yo
los miraba desde el suelo y uno con el pie hizo, “trac, trac...” y subió la
camilla a la altura de ellos, y de allí no se más, ya que me durmieron, y no
creo, fuese con anestesia, los médicos, eran todos terrestres.
En
otra oportunidad, me tenían sentada en una silla y había igualmente, 3 y 3 de
cada lado mío, y me estaban escarbando, y no sé, qué me hacían en la cabeza,
no sentía nada, como si me corrían el cabello y me tocaban el casco, como el
anterior, ningún dolor, eso sí, tiesa mientras ellos hacían lo suyo.
Me
supieron decir: Te vamos a llevar, a
mostrarte algo. Me llevaron a un lugar cruzando la “Antártida”, en ese
momento yo miraba hacia abajo desde la “nave”
y veía los “hielos Antárticos”, las profundas grietas infernales, que no
se ve el fin, lo que me sorprendió, fue el silencio aterrador, y creo que así,
debe ser encontrarse en los planetas, “como la luna”, que aún y en ese
momento, no habían descendido Armstrong, Collins y Aldrin, los 3 astronautas.
Esto,
lo pienso hoy, en ese momento era todo desconocido para mí.
Quisiera,
hacer notar algo, que a mí, hasta hoy me dejó intrigada, fue la primera vez,
que me llevaron cruzando la Antártida, yo desde la nave me distraje,
contemplando, ese paisaje subyugante, espectacular, con la mirada me sorbía,
cuanta cosa, despertaba mi curiosidad, ya que no sabía, si me volverían a
llevar, tanto me ensimismaba, que perdí noción, de lo que me rodeaba, o bien
ya sea, que me lo hicieron exprofeso, ya que, noté que la nave, se desplazaba,
hacia una pendiente, inmensa, ya que le sobraba espacio, para deslizarse por esa
pendiente, que estaba, cubierto, compacto los
costados, como quien, se introduce, entre 2 montañas, ya sea que me distraje, o
bien, me hicieron alguna triquiñuela, o una distracción, inducida, ya que vi
el deslizamiento, empinado y luego, no sé si se introdujo en algún precipicio,
ni sé a que profundidad, estaría ya que el deslizamiento, es imperceptible, lo
que sé, es que me encuentro de golpe, ante lo que yo, di en llamar, “El Paraíso”,
esto es notable, no había sol, no había luz artificial, sin embargo, la
iluminación, era total, era una luz divina, como la del “Aura”, pero todo,
radiaba un halo, espiritual, que no dañaba la vista, como ser, la blancura, del
hielo de la Antártida, que más bien es segador, yo digo que es una iluminación
celestial.
Y
claro, encontrarme, en esa profundidad, con ese espectáculo, casi irreal, por
eso quedé deslumbrada, anonadada, casi diría, que escrutaban, mi reacción, y
bueno, si estaban expectantes, habrán acusado recibo.
Prosigo,
yo miraba dentro de la nave, que era todo compacto, de tableros electrónicos o
con energía, con botones, luces, aparatos de todo tipo que marcaban números .
Llegamos
y yo pensé, si es cierto que existió el paraíso, debe ser este, el verdor,
las plantas exóticas, era un oasis en medio de hielos, la temperatura templada,
había lagos, lo que no vi, fueron animales, pero si ese, era el paraíso, solo
debía albergar la serpiente y por ende la cobra,
vi a la altura que aquí serían los cables de la luz, un bus por el
aire.
Me
depositaron en un gran campo, casi me volví loca, era una gramilla pareja, a
pesar del suelo con pequeños montículos, como de 30 cm. del suelo, la
gramilla, una parte color rosa, casi un lilita esfumado, otra parte, amarillo
tirando a yema de huevo, también esfumado y un celeste cielo, que yo me tire y
comencé a rodar, presa de una felicidad, casi un éxtasis voluptuoso, una
locura nunca antes experimentada, de sentirse..., cerca del cielo, sin el peso,
el cargo de conciencia, como un bebé, un ser carente del lastre de este mundo,
liviano como una hoja, sin culpas propias o ajenas, un estado celestial.
Y de
pronto el “Extra”, luego que me dejó retozar, me dijo: Ven
que te mostrare algo. Y me llevó ante unos enormes, digámosle, piletones y
me dijo: Ves, de esto nos alimentamos. Era
un musgo, yo diría, si tendría que catalogarlo, creo sería el mastuerzo, por
lo que conozco, es como uno que es medio serruchito y que se puede comer en
ensalada, se llama “Clorella” según
ellos, el musgo.
Luego
le pregunté: ¿Y como lo comen? y me
dijo: Ven que te mostrare la nevera.
La nevera para Ellos, para mí, era el cuadrado, de lo que vendría a ser
la cocina nuestra, cubiertas las paredes de conservadoras, en el medio,
una mesa de mármol color leche, alargada, diría de unos 4 m. y en un costado,
como un mostrador, pero igualmente de mármol, abrió la conservadora y sacó
varios frascos, y me dijo que así lo preparaban, uno en polvo, otro melaza,
otro granulado y me dice: Y para los
glotones, que no pueden estar sin masticar, en
forma de rosetas. Como el maíz pisingallo, o pororo nuestro.
Y me
dice: El musgo se llama
“Clorella”, tiene los elementos vitamínicos, que se necesitan para la
subsistencia.
Diré,
que en esa cocina, donde estaban las neveras, no había ningún tipo de vajilla,
nada de nada, las neveras con las mismas puertas que las nuestras, eso sí,
color metal, y las paredes, lo poco que quedaba descubierto, estaba revestido de
azulejos blancos o leche.
Eso sí,
no vi el cielo, ya que alcé la vista, y lo que vi, ya lo explique, era un bus,
que andaba por el aire, a la altura, que sería aquí, los cables de luz.
Diré
qué, el “Extra” que me interiorizaba de todo, tenía un buzo negro, parecía
piel de tiburón, porque transpiraba, o era húmedo, contrariamente que las dos
primeras veces, que vinieron a mi casa, tenían saco y pantalón.
Después
de estas incursiones, me depositaban en mi casa, lo de depositaban, era por que
me alzaban en brazos, y me dejaban en mi cama, y tardaba unos minutos para
volver, a tener el potencial de mi cuerpo, y poderlo manejar, recién después
que se cortaba, la inmovilidad que me producían
exprofeso, y cuando lo lograba, me ponía a llorar, de la impotencia, de
no poder tener la movilidad dinámica, de mi cuerpo, para moverme, saltar de la
cama, y ver que se va, y me deja, que angustia, infinita, es una desesperación
incontrolable, yo ya no quiero estar más, aquí, después de ver y saber, que
existe otra realidad, que no se asemeja en nada, es una paz indescriptible.
Cual
es mi sensación, “de desamparo”, una soledad que abarca todo mi ser, un vacío,
vacío de espacio, de tiempo, como si estuviese sola, en este mundo ¿Por qué?,
es una necesidad, de ya no ser, no estar, no querer, como estar en un inmenso
desierto, un océano, estirar los brazos y no percibir nada, como si la hubiesen
vaciado por dentro, estar hueca, no saber que hacer, ya que me sacaron, de mi
mundo o el mundo que yo me había formado.
¿Cómo
me encuentro hoy?, mi vida cambió, desde el mismo momento, en que me visitaron
y luego que me llevaron, y me mostraron, otra realidad, casi diría, que esa, es
la realidad, y aquí en la tierra, estamos presos, sin la posibilidad de salir,
de allí, que los cerebros, pensantes quieren evadirse, hacia arriba y, es
cuando Ellos, se conectan y nos tratan de hacer ver la realidad, que nos
fue ocultada. Yo me pregunto, ¿hay otra realidad?. Lo que es dramático,
explicar, ser explicado, y ser entendido, en su justa, medida, digámosle, un
suponer: “debí estar en determinadas,
ocasiones, llamecé como se llame, arriba o abajo, es una realidad, totalmente,
distinta, a la que habito, normalmente”. Interrogándome, ¿cuál
es la realidad, real?, es totalmente, perturbante.
Solamente
si pensamos, que en cuestión, de minutos o segundos, después de haber,
incursionado, en una dimensión, desconocida y al momento, debo insertarme,
nuevamente, en mi mundo actual, proseguir, con el ritmo y tareas cotidianas, con
el resto de la humanidad, es desestabilisador, amén de perturbador, contemplar,
asi como asi, el cambio de estructuras, paisajes, es como estar en otra ciudad
desconocida, que no le es afín.
Por más
de 50 años, experimentar, esos fenómenos y recién al llegar al 2.000, todo
debe quedar, aclarado, especificado, relatado, ya nada, debe quedar oculto, ya
que llegó la hora de la verdad.
Esta
es mi verdad, hablo solamente, de lo que sé y vi, no puedo hablar ni debo
hacerlo, sobre lo que no sé, ni vi.
Dejo
en claro, que con esto, no pretendo influir, ni influenciar a nadie, solo me
limito, a relatar, describir, lo que se me insta, a detallar, especificar, e
informar, lo que en su momento se me fue revelado, para ser debelado, en esta
ocasión.
Prosigo,
en otra oportunidad, me llevaron y me dijeron: Ven
que te mostraremos algo. Me encontré, dentro de un lugar, donde había un
gran rollo de alambre de púas, que rodeaba el paredón, y me dice, el
“Extra”: Ven que te mostrare algo. Lo sigo y nos detenemos, junto a una
puerta blindada, como las de los bancos, arriba curvada, en media luna, la
cerradura con combinación y grandes pernos, la hace girar hasta que abre, y me
dice: Entra, entra. Y era un gran
pasillo, o mejor un túnel, que no se veía el fin, a los costados, de cada lado
de la pared, y de pared a pared, sería de 2 m. de ancho, había camas, como las
cuchetas, pero empotradas en la pared, de 4 pisos, había muchachos rubios,
solamente con un “slip”, tenían el bello del pecho, los brazos y las
piernas, rubios, y unos físicos, que jamás vi, hasta ese día, un físico que
no se logra, con ejercicios, a no ser con “anabólicos”, o no sé, eran
todos iguales, como “clonados”, yo diría de 20 a 25 años, tenían los ojos
cerrados, a lo que, yo le dije: ¿Están
muertos?, y me dice: No,
“dormidos”, pero hay cuando despierten. Y me dice: Vamos.
Y antes de salir, manipuló algo, que estaba en la
pared y que mantenía la temperatura ambiente, salimos y el “Extra”,
sigue unos metros, y había como un mostrador, con una garita, de unos 3 a 4 m.,
y le hace una veña al que estaba en el mostrador, y le dice: Mi
“General,” ¿con ella qué hacemos, la llevamos arriba o abajo?, y el
General le dijo: No, abajo, deposítenla,
en la cama, y déjenla con la luz prendida. Mientras caminábamos, yo miraba
todo, era como un cuartel, todos vestidos de militar, con gorra, cada militar se
movilizaba, hacia otros militares y les entregaba unos partes internos de la
Institución, pero vi, que no eran como los militares nuestros, y le digo al
“Extra”: ¿Qué es esto?, y me
dice: Un cuartel, y le digo: No,
el lugar donde estamos, y me dice: Berlín,
y le di la última mirada a todo, y vi que los uniformes, eran de otro color, y
la gorra otra guarda, no recuerdo más y me veo, en que me lleva en brazos me
deposita, en la cama y quiere prender el velador, como le indicó el
“General”, y hace, “clic, clic”, tirando de una cadenita, de bolitas metálicas,
que tenía el velador, pero estaba fallada y recién, al tercer “clic”,
prendía, yo, lo miraba inmóvil, y él, se apresura a irse, y apenas traspone
el marco de la puerta, de la pieza, me desmovilizo, como si se me cortara la
inmovilidad, pego un salto y lo corro, pero al llegar al patio, él hace
“chup”..., y se eleva para arriba, yo trepo la escalera, y llego a la
terraza, y veo, la inmensa, nave, en la terraza, él penetra dentro, y cierra la
escotilla, yo me quedo gritando y gesticulando, como el “penado catorce”, e
instantáneamente, ponen en marcha, como una sirena, con un ruido infernal, que
para mí, era “electrónico, agudo, vibratorio”, yo caí de rodillas,
apretando los dientes, que me los hacía rechinar, y apretándome, los oídos y
la cabeza, ya que parecía, que se me irían a reventar.
En
otra oportunidad, que me llevaron, estando dentro de la nave, pude comprobar,
que estando bajo el medio de la nave, no podían verme, ya que es compacto, el
material.
Me
volví, como de costumbre, a la cama y me puse a llorar, y por consiguiente, mi
hijo dormía o me lo durmieron.
Diré,
que este hecho, ocurrió en una pensión, que hacía un mes, que alquilábamos,
ya que me dijeron, debíamos irnos urgente, una tarde..., que
me fuese urgente, urgente, y yo puse dos juegos de ropa, interior y calle,
para mi hijo y para mí, ya que escapé, dejando todas las luces prendidas, y
que me fuese, a buscarlo al trabajo a mi hijo y nos fuésemos, por un mes, de mi
casa, o sea que Ellos, vinieron donde me hospedaba, en la pensión, ya que en mi
casa, se cernía un peligro.
O
sea, que esto ocurrió, el invierno de 1969, o sea hace más de 30 años, cuando
no existían, los alimentos trangénicos, la clonación, etc..
Lo
que quisiera hacer notar, que cuando todo esto, que yo expongo, aún, no se hacía,
inseminación in vitro, por lo menos no anunciados, en el mundo, y sobre los
extraterrestres, poco, poco se comentaba, eso sí, una de las veces que
estuvieron en mi casa, al día siguiente salió, en los diarios, que varias
personas lo vieron, y que se detuvo, el Ovni, en una torre, suponiéndose, para
succionar electricidad para la nave, y yo me pregunto, ¿”funcionan a
electricidad”?.
Otra,
que cuando el “General” le dijo al “Extra” y que le consultó ¿con ella
qué hacemos, la llevamos arriba o abajo?, y el le dijo, no, abajo. Me pregunto:
¿dónde estamos, arriba o abajo?
La
siguiente incógnita, o aclaración, es que en el año 1969, cuando me
mostraron, los muchachos rubios en el túnel, entonces no sabía, ni estaba
enterada, de la “clonación”,
hoy ya, ni me sorprende, pero esa imagen, perduró, por mucho tiempo, en ese
entonces, insólita.
Igualmente,
que los uniformes, de los militares, eran del color habano, un poco más claro,
tenían vivos rojos, al igual que la gorra en el frente, donde se calza en la
cabeza, era rojo.
Otra
cosa, que entonces me sorprendió, era el alambre de púas, arrollado junto al
“paredón”, pero separado de unos 40 o 60 cm. para que recorriera el vigía
las demás garitas, “armados”, claro que esto, en 1969 me sorprendió, hoy
ya no, pero pienso, si ese sería, el dichoso y bendito “paredón”, que
estaba aislada, la gente en un país, de allí, a hoy me realicé, un sin fin de
conjeturas, y ¡qué hacía yo allí!.
Otra,
fue ver, esos muchachos con ese exuberante físico, y que estaban con los ojos
cerrados, y todos iguales, entonces me sorprendió, en gran manera, me
preguntaba, ¿y cómo se alimentarán, y demás necesidades fisiológicas?.
Otra,
que cuando me llevaban, me hacían poner, un vestido negro, que justamente, me
lo compré, por que se me hacía, era espacial, y eso que aún, no los había
visto, pero por dibujos de revista..., y me lo ponía, con un cinturón también
espacial, y con una gran hebilla, como de acero inoxidable.
Otra,
que cuando me supieron llevar, en una oportunidad, me puse un pañuelito, de
gasa blanco al cuello, era cuando me mostraron el césped, de colores, y yo, les
supe decir, como lo lograban, y me dijeron que le extraían la clorofila, para mí,
era chino, la respuesta.
Lo
que me sorprendió, fue que me dijeron: Ven,
que te llevaré a dar unas vueltas. Y subí a un carril, como los de las
“ruedas del mundo”, que le llaman, en los parques de diversiones, solo dos
personas, una delante, y otra atrás, yo, siempre detrás, igual en la nave,
embaló, con todo, y subió hacia un tobogán, que luego bajó con todo, este
lugar estaba pasando la “Antártida”, mi sorpresa fue, que a la velocidad,
que tomaba al subir o bajar, el pañuelito de gasa, permaneció inmóvil, y yo
pensaba, ¿cómo no se vuela?, en fin, cosas “espaciales”.
Siempre
me llevaban de noche, eso sí, ladraban los perros que era un contento...¿?. En
una oportunidad, me vinieron a buscar, y me llevaron, siempre cruzando la “Antártida”,
pero muchos lo intentaron, y fracasaron en la búsqueda...¿?. Llegamos a un
lugar, como una gruta, y a partir de esa vez, siempre, me llevaron a ese lugar,
o sea, en diversas oportunidades.
Al
llegar, había un “Extra” afuera, de guardia, y al bajar yo, junto con el
“Extra”, el guardia, se tomó un aparatito, que tenía en el cinto, para mí,
era algo magnético, lo movió de arriba abajo, me iluminó, de pies a cabeza, y
dijo: Pasen. Y enfilamos hacia un
ascensor, que yo, en ese entonces, nunca había visto un ascensor redondo, metálico,
como de aluminio, subimos y el ascensor, contrariamente, en vez de ascender, bajó
hacia abajo, no sé ni podría decir, si 4 u 8 m., ya que, de un soplo,
descendimos, un descenso como un suspiro, de corto.
Se
detuvo, y yo lo seguía, al “Extra”, traspusimos una puerta, y cual no sería,
mi sorpresa, que era un túnel, que no se veía el fin, las paredes metálicas,
como de aluminio y lo sorprendente, fue que apenas, pase el marco de la puerta,
en el piso, una cinta
transportadora, nos llevó, y el “Extra”, me detuvo de un brazo, traspusimos
una puerta, que estaba a mi derecha, entramos, y había una señorita, sería de
mi edad, se pone de pie, me da la mano, y me dice: María
te precisamos, y le dije: Y bueno,
Uds. dirán. Y después me despierto, como siempre, acostada, a veces con la
luz encendida, siempre, eso era un mensaje, de que habían estado, y yo vuelta a
levantarme, y ponerme a llorar, al despertarme aquí, y mi hijo a decirme: ¡Ya sé, estuvieron y te llevaron!, ¿y ahora qué pasó, no estás
contenta, que te trajeron con el hijo?, ¡al final voy a creer, que ya no lo
querés más al hijo!.
En el
año 1.972, querían, que mi hijo, fuese a la Antártida, por lo cual, debido, a
que vi un anuncio del diario, sugerí a mi hijo, fuese a inscribirse, lo
llamaron del Instituto Antártico, para realizarle las pruebas técnicas, si
aprobaba las técnicas, le harían las físicas y demás.
Cuando
se inscribió, ya había 70 inscriptos.
Por
lo cual, mi hijo me dice: Vieja, ¡hay 70, antes que yo!.
A lo
cual, le respondí: Y a vos, qué te importa, qué tenés, que ver vos, con esos 70, si a
vos, los “Extras”, te dicen, que debes ir, ya te facilitaran la ida, tené
fe.
Así
fue, quedaron, en el camino, ya sea, por que no aprobaron, las pruebas técnicas,
o las físicas etc..
El
tema, es que quedaron 17, número clave, y significativo, ya que con él, ingresó,
o sea, que no falló, el empujoncito que le dieron.
Ingresó,
en el Instituto Antártico, en 1.973, y la dotación, partió en el mismo año,
regresó en 1.975.
Mi
hijo, fue como Ayudante científico, de Alta Atmósfera. Investigación, sobre
las Auroras Boreales, en la “Base General Belgrano”, la más austral de
todas.
Sobre
ese viaje, nunca me comentó, nada, “Top
Secret”, ni yo, insistí en saber.
Aclaración:
lo aquí expuesto, en este escrito, no es, con el afán, de ensalzar a mi hijo,
que el sólo hecho, de tener, que descarnar su vida, y la mía, no es algo que
me alaga, ya que siempre, fui celosa, acérrima, de mi familia, de mi vida, y de
mis actos, no tener, por qué rendirle cuentas, a nadie, sólo a Dios.
Y si
hoy, debo hacerlo..., ¡me llevó 5 años, decidirme!.
Por,
haberme hecho, comprender mi hijo, que al hacerlo, se podía, comprobar, que no
era, producto de mi imaginación, suposición, o de alguna mente trastornada,
sujestionada, “cuando el vientre, comienza a elevarse, no se puede disimular,
ni confundir, gordura con hinchazón”, los “Extras” me lo exigían.
Además,
mi hijo, existió, estuvo, en esta bendita tierra, y son cientos, de hechos,
pruebas, comprobaciones, que no es vanidad, ni egolatría.
Aclaro
nuevamente, que, ni mi hijo, ni yo, somos importantes.
“Aquí,
centrarse sólo, la atención, en cumplimentar, las exigencias, de Los Señores
Extraterrestres”. Me consideraré, satisfecha, cuando halla cumplido, el pacto
previsto.
Para
esto me necesitaban, pensé yo, ya que me llevaron, y me encuentro en un campo,
extenso, y había gran cantidad de mujeres y hombres, todos como de mi edad, yo
me miro y tenía uniforme, de gabardina azul, y botones dorados, chaquetilla,
con cinturón en la cintura, pollera tableada, más bien plisada, y birrete, yo
me observaba y pensaba, ¿Y esto cuándo
me lo puse?, a lo cual pense: Y, si
tienen dominación mental, y la posibilidad de hipnotizarla, ¿qué más
precisan, para hacerla vestir, y desvestir, a piachere?, los varones, otro
uniforme.
De
pronto, un entrenador grita: ¡En fila, vista al frente, nadie gire la cabeza, a mirar a su compañera!.
Hoy,
yo me pregunto, ¿qué fue, de esas mujeres y hombres?, lógico, que están
viviendo entre nosotros, dormidos, y no tienen noción de nada, para mí, están
como hipnotizados, y llegado el momento, harán un chasquido, y todos se pondrán
erguidos, y recordaran, y se pondrán en acción .
Ya
que yo, les supe preguntar, ¿para qué eso?, y me dijeron: “Para
la evacuación, e – va – cua – ción”.
Y yo, me preguntaba, ¿qué evacuación?.
Lo más
curioso, de esto, es que siempre me llevaban de noche, y como a mí,
a todas, y lo que advertí, es que no dejan notar la ausencia, de la
persona, ya que cuando la regresan, a una, no sé, si por que el tiempo nuestro,
no es el mismo de ellos, ya que de ser así, habrá mujeres, quizás casadas...,
o llevaran viudas como yo, o solteras, no sé.
Lo
que sí se, es que Ellos, son los reyes del camuflaje, si es en la “Antártida”,
le hacen una cortina de nieve, hielo, o atmósfera baja, o lo que sea,
pero nadie llega, a ese oasis que tienen, y creo que es, una de sus
bases, nadie llega, nadie pasa.
No
solo eso, Ellos pueden estar frente a uno, y no los ve, hacen una cortina,
invisible, y la persona, no los ve, o sea que están junto a nosotros, y ni nos
enteramos, a no ser que Ellos se
propongan, entrevistarnos, contactarse, todo lo demás, es inútil, la voluntad,
es de Ellos, no nuestra.
Yo me
pregunto, ¿están, arriba o abajo, o en otro espacio entre el arriba y el
abajo, en el medio, en otro plano?.
En
una oportunidad, que me llevaron, con el ascensor redondo, descendimos, algo así
como, cuatro pisos normales, y yo digo, si estaban con el ascensor, al ras del
hielo, y descendieron, no sé, por el deslizamiento tan sereno, que no se
notaba, a cuantos metros, bajo el nivel del hielo..., ¡está el agua, en la
“Antártida”!.
Yo sé,
que no me mostraron nada, en comparación de lo que, en realidad, uno supone,
por ejemplo; no vi animales, de ningún tipo, ni pájaros, o de cuatro patas,
donde duermen, y si duermen.
En
una oportunidad, me llevaron, y me transportaban, en una nave, y que al subir,
me sorprendí, que estaba llena de nenas, de 5 a 10 años, todas rubias,
parecian angelitos, tenían unos vestiditos, al tobillo, blancos, con una corona
de flores en la cabeza, y al subir yo, se echaron a reír, con unas risitas
cantarinas, y se reían de mí, y me tocaban la ropa, me levantaban en el aire
el cabello, ellas tenían el cabello cortito.
La
nave, tenía como un caño, por el medio, y todas estaban de espaldas, apoyadas
frente a mí.
Otra,
una noche, al llegar del trabajo, la vecina me entrega una carta, no tenía
matasello, a ella se la introdujeron, bajo la puerta, pero como era para mí, me
estaba esperando, y me la entregó y se quedo, impaciente, para saber de que se
trataba, ya que en el sobre decía, “Estados Unidos”, cuando la abro, y leo
el contenido, no le doy importancia, y digo: ¡Ha
sí!, es sobre un curso.
Dentro,
solo había una hoja, como las de avión, escueta y a máquina, más bien diría
imprenta, en la que me explicaban, de las bondades de la “Clorella”, el
musgo que me enseñaron los extraterrestres, en grandes estanques.
Con
mi hijo, reíamos, ¿y ésto, con qué se come, de donde la vamos a sacar, a la
“Clorella”?.
¿Quién
la trajo?, y escrita en castellano, entonces..., no soy la única “tarada”,
hay otras, es bueno saberlo, y tan puntual e informada, chocolate por la
noticia.
Esto,
va expresamente por mí, lo de “tarada”, no en serio, no es broma, ya que
las 1.000 preguntas, hasta hoy, y que recién voy cayendo, casi diría, que ya
aterrice, nuevamente, en la tierra, ya que estuve más de 40 años, como
suspendida, en el aire, el estar y no ser, como descifrar, este infernal enigma.
Yo,
que por años, me creía poco menos, que era la “Reina de Saba”, ¿y ahora
qué?. “Compartía un secreto”, ingenua de mí, no sabía, que estaba siendo
usada.
Llegar
a comprobar la triste realidad, o mejor, no saber, ignorar..., sí, estar, como
“Adán y Eva”, se vieron, se atrajeron luego la víbora la insta a “Eva,
que lo tiente con la manzana”, ella lo hace, ingenua, incrédula, ignorante,
inconsciente, luego se avergonzaron, sintieron pudor, se taparon con una hoja de
parra, Eva se sintió culpable, por incitarlo a cometer pecado y de allí,
cargamos con la “sumisión”, la “ruborización”, todas las mujeres.
¿Quién
es quién, para y por qué, es quién?.
Uno
quiere ser de allí, a que lo logre, hay un tiempo, y un espacio.
¿Para
qué quiere sobresalir?, el tiempo, no lo puede atrapar, se afana en alcanzar lo
inalcanzable, se esfuerza hasta límites inimaginable, y quizás, muere en el
intento, pero lo intentó
Escapa,
huye, avanza, pero no llega.
¿Cuál
es mi conclusión, y a dónde quiero llegar?, yo, a ninguna parte.
Fui
arte y parte, en una confabulación, de la cual no tengo, pito ni flauta, no soy
agradecida ni desagradecida, solamente soy.
¿Qué
creías?, y..., “creía que por lo menos, me darían un trocito de cielo”.
Pero, en vez, tengo aquí, en mi mesa, las cuentas de la luz, el agua, el teléfono,
el gas, gastos centrales, mutual, impuestos municipales, etc. etc..
Y
entonces, creo, qué: “una, que yo me preste” a este juego, “al
principio”, totalmente, ingenuamente, “no sé si consciente o
inconsciente”, al principio ignoraba, de la “joda”, que se habían
mandado, al engendrarme, a mi hijo, ignoro
“cómo ni cuándo”, pero, por los hechos acaecidos, en el correr..., luego
de haberse, dado a conocer, y la “revelación”, eso ya estuvo fuera de mi
“conocimiento”, luego fui obediente y pude comprobar como, actuaban, en el
sentido, que sacan una persona, en el medio de un grupo, de su casa, junto, o al
lado de su familia, y vasta, con dominarla mentalmente, “o no es así”, las
veces que la gente se despierta, ignora, donde estuvo, “pero sospecha que
estuvo”, y no es un sueño, luego, nota que le faltan “horas”, o que en un
momento, estuvo en varios lugares a la vez, o ausente, yo les aconsejo que se
acuesten, ya que comienza, la cabeza, a actuar a 100 x minuto, y lo más
probable, es que se maree, se caiga, o directamente pierde el equilibrio, o se
desmaya, sin asustarse, beber un vaso de agua, luego una infusión, en un
minuto, no sólo, que notará que estuvo en varios lugares, a la vez, si no que,
esa sensación es muy fuerte, y se le sube la sangre, a la cabeza, y acelera el
corazón a 1.000.
En
este tema, no hay consejo que valga, ya que para cada caso, hay, o emplean, una
estrategia distinta, un suponer, para “taradas” como yo, una, otra para
profesionales, otra para gente con cultura, son los menos.
Pero
más bien, se me hace, o se me ocurre, que las personas, de escasa cultura como
yo, son la materia prima, más sensible, emotivos, más fáciles, de doblegar,
como yo, “nada saben, nada esperan, todo es nuevo”, vive en una burbuja,
imagina castillos en el aire, y “no sospecha”, ni por casualidad, que siendo
tan dóciles, y crédulas, nadie las puede dañar, “pero, que puede,
pueden”, “que no debería, no deberían” (utilizarnos).
Hablemos
de algunas, connotaciones, que a mí, me llamaron la atención: el transporte
espacial, galáctico, intergaláctico, las ciudades subterráneas,
interespaciales, que con un solo alimento, suplen todas las calorías y las
vitaminas, que se precisan para la supervivencia (La Clorella). De allí que no
tengan vajillas, utensilios.
No
siendo, cuando, hicieron el primer contacto, que vinieron, con ropa común,
siempre, tanto mujeres como varones, llevan buzos negros, como de piel de tiburón,
y transpira, es húmeda.
Entonces,
no existe, la “moda, la competencia”, en cambio, los militares, todos de
uniformes, y para los entrenamientos, tanto yo como los varones, todos
uniformados.
Creo
que la vez que se mostraron, con ropa común, fue para, que entrase en
confianza, y no en rebeldía.
Cuando
me transportaban hacia la Antártida, por la nave no divisé, la maraña de
cables, que cruza nuestros edificios, en las ciudades, de allí que el
transporte de ellos, para mí, sea espacial.
Otra
que me sorprendió, fue que en los lugares como grandes espacios con plantas,
flores, los caminos, estaban, tapizados, como de láminas de plata, u otro
metal, manuable, pero que no pisan la tierra, de allí que vi sobre el buzo,
llevan unas botitas, también como el buzo, pegada al pie y la pierna, pasando
el tobillo.
Por
fuera, vi grandes, estructuras, no edificios horizontales, pienso que por
dentro, estarán, subdivididos, asi como la oficina de la Srta.
Por
último, vuelvo, a repetir, que carezco de estudio, solo poseo conocimientos.
Bueno, creo que esta todo aclarado, justificado, eso sí,
les agradezco, que me hallan reforzado el humor, así lo puedo tomar con soda, y
digerir. Pero eso sí, si cumplen, con la promesa, que me hicieron y allí sí,
que no vale la credulidad que uno pueda tener, la fe, ya que en esto y ante
esto, nada se puede hacer..., hacer, “hacer sí se puede”, llorar, tirase al
suelo, revolcarse, arrancarse el pelo, pero de allí a conseguir algo, con
histeria, sería, dar puñetazos en el aire, o querer hablar con la pared, las
paredes no hablan, quizás escuchen.
Y,
ahora, que “yo llegue a la cruel realidad, real”, que me llevaron, me
mostraron, y yo, no solo les preguntaba, ¿por qué a mí?, y Ellos me respondían:
“Cuando llegue el momento”.
Primero, yo debía cumplir, la misión de entrenarme, ¿y para qué?, y me
respondían: Para la evacuación. Y yo me preguntaba, la evacuación... ¡pero,
para haber una evacuación, tiene primero que haber una “hecatombe”!, de
eso, ni jota, pregunta sin respuesta, ademas Ellos me dejan preguntar, si
quieren, me funciona la pensadora, si quieren, si no, me borran todo.
Por
lo cual, tanto hacerme conjeturas, preguntar, pensar, y al final, llegar a la
conclusión, de preguntarme, ¿por qué a mí?, una y 1.000 veces, me la hice, a
esa pregunta.
Bueno,
ya está, y está todo tan clarito, como el agua, esto fue por esto, esto otro,
por esto otro, y así, formando de eslabón en eslabón, la cadena, que me llevo
al candado, y por ahora, la llave la tienen Ellos.
Para
decir esto, debo ponerme “seria, ya que esto, es serio”. Pero aún y así,
lo comprendo todo, que me chantajeen, y extorsionen.
El
tema, es que hace 5 años, que se llevaron a mi hijo,
y el precio, para rescatarlo, fue que debía escribir, y contar toda la verdad,
de las experiencias que tuve, las revelaciones que me hicieron, las
comprobaciones, de todo lo que me mostraron y de lo cual, fui testigo.
Algo,
que quiero dejar, muy en claro, nunca, pero nunca, de las veces que vinieron,
hicieron contacto, o me llevaron, la nave se destacó, por luz alguna, nunca vi,
el arco iris de colores, de avistaciones ni circulos quemados donde posaban su
nave.
Siempre,
ya sea cuando se dejaban percibir, o simplemente, cuando venían a buscarme, a
traerme, o simplemente los divisaba, ya sea, suspendidos en el aire, o posados
en algún sitio, jamás vi luz de ningún color, es lo que, en repetidas
oportunidades me dije: si alguien ve, esta
semejante nave oscura, se muere de terror. Es por lo que, me decían, que me
sacarían el temor, y a cambio, me darían otros sentidos, ya sea reforzarme el
humor, yo creía que sería, por que me asustaría de Ellos, pero dejo bien
claro, que tanto con la ropa común, nuestra, o con buzo, no tenían nada
desagradable, que pudiese producir temor, además, como ya expliqué, que, si
Ellos creían conveniente, me daban la posibilidad de hablar, si no, tenía la
lengua dormida.
Pero
los ojos, más abiertos que nunca, y si eso ocurría, era por que así lo tendrían
decidido Ellos, para que viese todo, ¿y para qué, debía ver todo?, y por que
si no, hoy no lo podría contar, y no tendría razón, ni por que escribirlo, y
no obtendrían el resultado deseado, para el plan, que debían haberse trazado,
ayudado con el secuestro de mi hijo, y así cumplimentar, su proyecto de
insertar, este hecho dirigido, a la, o a las, personas a quienes esta dirigido,
y lo están esperando. Espero, ansío, que quien, o quienes, sean los
“destinatarios”, les llegue cuanto antes, es un clamor, pero si por alguna
razón, esto se frustrase, o quedase trunco, quedo liberada, de las
consecuencias, y desastres que puedan ocurrir.
Por lógica,
ni mi hijo, ni yo, somos personas importantes, mi hijo, puede serlo, para mí,
pero, ni mi hijo, ni yo, influimos absolutamente en nada, hacia los
extraterrestres, que esto quede bien claro, “no
somos, para los terrestres, material canjeable”. Incluso advierto, que
asi, no se hubiesen llevado a mi hijo, esto debía, quedar de “negativo a
positivo”, de allí que explico, que ni mi hijo ni yo, contamos, para nada,
podíamos, estar, como no estar, para el caso, no es importante, ya fuese Pedro
o Juan, María o José.
Aquí
lo único que cuenta, que importa, es el hecho, que ya cumplió su ciclo y debe
salir a la luz.
Ante
la veracidad de los hechos, las palabras, están de más.
Cualquier
interrogante, que les quede, cuando lo reintegren a mi hijo, se lo preguntan a
él.
Ilusa
de mí, que cuando me llevaban, me creía “privilegiada”.
Pero,
tengo que llegar a la conclusión, que la idea, de idealizarlos, que me había
formado, en resumidas cuentas, veo, no digo con espanto, sólo que más que
nunca, creo que son, como los terráqueos, ni más ni menos, los terrestres, no
dan puntada sin nudo, ¿”quién, le enseñó a quién”?.
¿Cuándo,
dónde, yo me iría a imaginar, esta extorsión?, hay que pagar “retorno”.
No
podía ser de otra forma, ni de otro modo, si son el inicio, de la creación,
son los primeros, que habitaron la tierra, lo decían, todos los indígenas, del
mundo, y los esperaban con ofrendas, y cada Pueblo, los catalogaba, de distinta
forma, los esperaban del sol, del cielo.
Cuántas
cosas, hasta instrumental quirúrgico, y todo lo que poseen, ya en el 1964,
cuando me llevaron, tenían ascensor redondo, metálico, como de aluminio, pisos
de baldosones rojos, y marmóreos, cocina, y le decían nevera, las
conservadoras, y la mesa de mármol, y las mesadas color leche grisáceo,
azulejos, túneles de paredes metálicas, como aluminio, estanques con musgo,
llamado “Clorella”, visten como nosotros, tanto los que vinieron, a mi casa,
zapatos, saco y pantalón, camisa, y otros, buzos.
La
chica que me atendió, en el escritorio, tenía pollera y blusa, la blusa, un
verdesito palido, de seda, y pollera gris, tirando a un verdecito esfumado, las
nenas, como las nuestras, vestian con vestiditos vaporoso, desde el canesú a
los tobillos.
Las
clonaciones, con seres humanos, ya en 1964, fertilización in vitro, y demás
adelantos, que aún, no existen, los bus, que se deslizaban, a la altura que
vendría a ser de los cables del teléfono y la luz, como lo hacen los ovnis,
deslizarse en el espacio, tienen camilla, escritorio, sillas.
Entonces,
que hacemos, creemos o reventamos.
Estos
extraterrestres, son a imagen y semejanza nuestra, me anticiparon esto.
Que a
mi hijo, me dijeron, me lo devolverían, después que escribiera mis
comprobaciones, esto, es casi un trueque, como los indios, “yo doy esto, tú,
dar lo otro”.
La fecha, no me la dieron, ya que yo, me oponía a
escribirlo, ya que hace 5 años, que lo llevaron.
Pero,
el que me ha instado, a escribirlo, es él, mi hijo, ya que me dice: ¡Yo
te lo pido vieja, hacelo, de una vez, que estoy aquí, de rehén, rehén!, ¿me
entendés?.
Sólo
me decían, a partir del 2.000, de allí que mi hijo, me dice: Apurate
vieja que ya entramos en el 2.000. Y me reclama, y clama, él esta
“bien”, solo que hace 5 años, que lo llevaron, y bueno, me decidí a
hacerlo.
Lo
que sí se puede apreciar, es, que no hay en mí, especulación.
Yo ya
cumplí, ahora espero, que “cumplan Ellos”, y si es a partir del 2.000, para
Ellos recién el 31 de Diciembre es el Milenio, y comienza el 2.001, lo que no sé,
cómo, ni cuándo, y dónde, Ellos crean conveniente, hacer “el contacto”,
pero lo que no sé, ni me imagino, cuál será la estrategia, si es que la
tienen, lo que sí, es que “el contacto”, lo harán a su manera.
Por
supuesto, que detrás de esto, hay algo más, que ignoro, sospecho, que mi hijo
y yo, somos dos perejiles, utilizados, para algún “estofado”.
Digo,
por que cuando me llevaban, mi hijo, no estaba allí, estaba acá, la situación
es distinta, ahora él está allá, y yo acá, sin forma de elevarme.
Por
mi parte, sólo me resta decir, que mi abuelo, me enseño a escribir y leer, no
tengo estudio, carezco de ciertos elementos, indispensables para el eficaz
razonamiento, no tengo noción, de la orientación, no salgo más que para lo
indispensable, por que me pierdo, no se donde esta el norte o el sur, el este, o
el oeste, se que existen, un día, estuve todo el día perdida, salí 8:00 de la
mañana, y recién, pude regresar 8:00 de la noche, en todos lados me hacían
mapas, y para mí, “eran algo chino”, nunca leí un libro, sólo el “Martín
Fierro”, revistas con figuras, sí.
Es
que mi madre, estaba tan enferma, y yo, estaba delante del médico, tenía 7 años,
cuando la “desahució”, me llevo justanente, para que le diga, cuanto le
quedaba de vida, el médico, no quería y mi madre, se puso a llorar, y le pidió
por mí, para saber que hacer, conmigo, y además, el médico, tenía creo, dos
varones y una nena, “había cierta amistad” y al final, se conmovió, y le
decía: No puedo, no me lo pida, que no
puedo. Y mi madre lloraba, y le decía: Por
sus hijos, y por ella, póngase en mi lugar, Ud. no va a querer dejar
desamparados a sus hijos. Y el médico aflojó.
Sea
que yo, ya sabía, no así mis hermanos, ni nunca se los dije, de allí, que me
aferraba a ella, como mi tabla de salvación, fui creciendo, no quise ir más a
la escuela, hasta vino la maestra a buscarme, y le dijo, por qué no la manda,
si es una buena alumna, pero yo tenía terror, de no estar, y que le pase algo,
pero ante lo irremediable, ¿qué podía hacer yo?.
Fue
pasando el tiempo, y mi madre, solo pensaba, en casarme, a los 12 años me enseñó
a pintarme, y me puso tacos, yo no entendía ni jota, lo que sí, desde los 12,
ya empezaron los pretendientes, y yo escapaba despavorida, el primer
pretendiente, fue un técnico, que vino con unos Ingenieros, “todos
chilenos”, que vinieron, a poner en marcha, la “Acería Acindar”, vino y
pidió mi mano, y mi madre lo aceptó.
Pero,
se ve, que no era mi destino, mi madre, falleció 6 a 7 meces luego de mi
casamiento, tenia 39 años.
Al
final, me casó, con el que fue mi marido.
No
fui al colegio, pero, fui a corte y confección, y bordado a máquina.
Mi
madre, me enseño a cocinar, y todo el trabajo de la casa, que yo, hacía
gustosa, con tal que no trabajara, ni se esforzara.
“Escribiendo
esto, me doy cuenta”, que lo tengo tan fresco, que es, como si hubiese pasado
ayer.
Y yo
me pregunto, sin saber, ¿cómo son los tiempos, de Ellos?, y siendo, que esto
ocurrió hace 40 años, ¿”quizás para Ellos, son meses, horas”, no sé?.
¿Y
si esto tendría, otras connotaciones?, quizás, ésta fuese la “fecha
X”. Yo no capto un peligro inminente, lo que sí siento, es una vigilancia
constante, y por allí, me asalta una inquietud, o desasosiego .
Como
ser, cuando me mostraron los “clonados”, y me dijeron, que era un cuartel en
“Berlín”, y había militares, yo me pregunto, ¿para qué, me mostraron
eso, qué significado tiene?, ¡por supuesto, que esto, no va dirigido a mí!.
Lo
que sí, no vi armas, de ningún tipo, sólo las cartucheras, pero no las armas,
pero si tienen cartucheras, no creo, sean para “pituquear”.
Aclaración,
durante 5 años, no voy a decir, que mi vida se detuvo, no, para nada, debí
seguir mi vida normal, desde el primer momento, debí decir: “Mi
hijo, se fue a Brasil”.
Algo
normal, para mí y para los demás. O sea que para mí, no cambiaba nada, por la
sencilla razón, que siempre e vivido enclaustrada, ya sea, desde cerca de los 4
años, a los 7, un familiar me tuvo encerrada y rapada, en un gallinero..., y de
esa situación, me rescataron gracias a los vecinos.
Ese
tema lo tomé, como natural... hoy, ya que, si debía estar totalmente aislada,
esa fue una buena razón, o sea que, “no jugué”, no tuve infancia, niñez,
ni adolescencia, ya que, mi madre, me comprometió en matrimonio a los 14 años,
estuve 15 años, enclaustrada dentro de una familia, por lo que estar
aislada, para mí, era lo más natural.
Con
esto, quiero hacer notar, que para mí, era normal. El tema de la gente..., yo,
nunca me di con nadie, de allí que los amigos, de un curso sobre Mercosur, que
mi hijo estaba haciendo, principalmente, un contador, un abogado, y otros compañeros,
me llamasen, para averiguar, sobre si siguió el curso o no, y yo, debí
decirles a todos, que se fue a Brasil, a seguir la práctica sobre el Mercosur,
ya que él, llevaba una vida de relaciones públicas.
Me
preguntaban, me acosaban, ya que lo apreciaban, pero principalmente, por que,
tenía una cultura general..., ya que, se había leído, 5.000 libros, y era una
enciclopedia andante.
Pero
antes, que pudiese ir a Brasil, se lo llevaron, en ese ínterin, él, no perdió
tiempo, ya que, se puso en su laboratorio, a estudiar, “la integración, científica,
de la Teoría Fractal, aplicada, al control de los fenómenos físicos”.
Siempre
me quedará, la duda, ¿si es que descubrió “algo”, si llegó a
introducirse en algún misterio que no debía?.
Lo
que sé, es que me envío, a ver a una persona, que yo no conocía, ya que, me
hizo tomar un taxi y me dijo: Subís aquí, bajas aquí, vas a la Rectoría, pedís hablar con el
Secretario del Rector, y le entregás este libro, (que yo vi, que era sobre
la Teoría Fractal) decile que lo lea
todo, que ya voy a ir a verlo yo, y charlaremos.
En el
papel, que me anoto la dirección, creo que decía, Universidad Católica, el
papel lo tiré, por lo que ignoro, si es esa universidad, y el nombre del joven.
Aclaro,
que, en una oportunidad, y a pedido mío, que le hice al Coronel “Seineldín”,
ofreciéndole, los servicios de mi hijo, debido, a la trayectoria que tenía, y
era, un desperdicio no aprovecharla, en bien de nuestra Patria.
Así
es que, lo tomó, como secretario privado.
Luego,
de la SIDE, fue enviado, a Estados Unidos, a la DEA, a hacer un curso, sobre
Narcotráfico.
Al
volver, me cuenta, que en la DEA, recibió el curso y un trato excepcional, y
que, le habían aconsejado, para complementar, el curso, hacer otro sobre el
Mercosur, a lo cual, le respondí, que en un Instituto Privado de Comercio,
estaba por comenzar, un “Master”, sobre el Mercosur, inmediatamente, se
dirigió a inscribirse, y el profesor, le dijo: Mirá,
la teoría, hacela aquí, y la práctica, la haces en “Brasil”. Esto,
ocurrió antes, que se lo llevasen, o sea que, efectivamente, la teoría, la
realizó en “El Instituto Privado de Comercio”, pero la práctica, no la
llegó, a hacer, ya que le cortaron la retirada, y el mismo profesor, que tenía
en la “El Instituto Privado de Comercio”, daba el curso en “Brasil”, en
verdad, creo que era un equipo, que daba el mismo curso, también en Buenos
Aires, y si no me equivoco, los profesores, que venían, o eran de Brasil.
Aclarado este punto. Que él, realmente, “comenzó el Master”, en “El
Instituto Privado de Comercio”, lo que no les cerraba, es, que me decían: ¿Viene
para las fiestas?, y yo les decía, a todos igual: Si
no viene, pobre de él.
Lo
que me ordenaron, los “Extras”, es, que debía decir, que se había ido a
“Brasil”.
Y
seguian los interrogatorios, ¿le escribe, le habla por teléfono?.
Yo,
siempre, como lema, solía decir: “La
mentira, tiene patas cortas, la verdad, patas largas y la alcanza”. Creo
que este dicho, es más viejo que la sopa, digo, por que soy enemiga, de la
mentira y la traición.
Aclaro,
desde que Ellos, los “Extras”, me visitaron, me dijeron, que de ahora en
adelante, solamente haría, lo que Ellos,
me indicasen.
Así,
me preparé, mental y psicológicamente, para cumplir, con los objetivos, por
Ellos, dispuestos y predispuestos.
O
sea, que todo, aunque parezca descabellado, desde 1.964, es producto, de las
indicaciones, previas a cada hecho.
A
pesar, que desde, el mismo momento, en que me casaron, yo, ya estaba siendo
totalmente, dirigida por Ellos, los “Extras”, tal es así, que fue, mandarlo
a mi hijo, a Colegio Católico..., fue una guerra, sin cuartel, por parte de mi
marido.
“Presumo,
presumo”, no sé nada, no afirmo nada, presumo, que algo está por pasar, en
el mundo, y de allí, esta trama.
Presumo,
que esto está dirigido a “alguien, en particular”, o a muchos, en su
conjunto, atenti los destinatarios, quizás, deban estar alerta ante una catástrofe.
Si
no, no tiene, ni le encuentro fundamento, puede ser una catástrofe ambiental,
pensándolo con la cabeza fría, es tan loco,
esto, como trágico.
Quiero
concluir, este escrito, pero como pueden apreciar, esto, no es un cuento, ni una
novela, es el grito, de esta impotencia, por que esto, supera lo conocido, lo
inimaginable, lo lógico, y para colmo, no queda otra que esperar, atenerse a
los acontecimientos, ni más ni menos, que como cuando ocurre un secuestro, de
chicos, de familias, y hay que negociar, por los rehenes, pero aquí, soy y
estoy sola, en este operativo, y no por egoísmo, por no compartir, así como
cuando les dicen a los padres, o familias de los secuestrados, “no avisen a la
policía”, aquí, es todo lo contrario, hago esto, por que debe ser tomado en
cuenta.
¿Nos
están previniendo de algo?, ¿de una “catástrofe”?, y ¿qué se puede
hacer?, es como querer, parar el viento con las manos.
Por
supuesto, habrán notado, que comienzo el escrito, con mucho ánimo, énfasis, y
a medida que voy relatando, me voy poniendo un poco, escéptica, pero, si no
tengo fe yo, ¿quién la va a tener?, tengo mucho, que perder y recuperar.
Quiero
aclarar, que habrán podido, los lectores comprobar, que no les pongo, lugares,
nombres, sólo fechas, es que, ni mi familia, mi hijo, o yo, aquí se tornan
preponderantes, importantes, sólo somos, piezas de ajedrez.
Aquí,
lo que es inminente, es el mensaje, que ellos quieren emitir, y el cual, sea
evaluado, en su justa dimensión, ¿qué pasa, alguien nos quiere invadir?.
Quisiera,
que alguien tome conciencia, a pesar que, yo sea una inconsciente, ya expliqué,
que me quitaron varios sentidos, uno de ellos, es la “cordura”, no puedo
medir las consecuencias, que puede acarrear, eso sí, que algo quieren
transmitir, yo, no alcanzo a dilucidarlo.
Yo,
me sigo preguntando, mi hijo, se gesto en el año 1945, o sea, hace 55 años, me
casaron de prepo, me engendraron un hijo de prepo, y todo esto calculado, matemáticamente,
para llegar al 2.000, ¿y ahora, qué pasa?, debe ser algo muy grande,
inimaginable, todo planificado, “me quedo sin mi madre”, y no queda otra
solución. Me quedo viuda y aparecen Ellos, es como sí, me hubiesen sacado,
todos los que me rodeaban, para que comience, a cumplir la misión, sin obstáculos,
además, cuando les pregunto, ¿qué pasa?, sólo me dicen: Es
por, y para, “Seguridad Nacional”.
Quisiera
dejar totalmente, aclarado este tema.
Quizás
insólito, para algunos, poco creíble, para otros y fantástico, para el común
de la gente.
Eso,
no cuenta para nada, hay opiniones vertidas, son el enriquecimiento del
conocimiento.
La única
verdad, es la realidad.
Después
de mucho conversarlo, con mi hijo, en su momento, el cual pasamos, días y
moches sin dormir, sacando conclusiones evaluando los pro y los contras.
Al
final decidimos, de común acuerdo, ponernos, a colaborar con los
extraterrestres y no actuar, decidir, nada por voluntad propia, al ver que no
solo las intenciones, si no la capacidad cultural, y el poder de convicción,
para llevar a cabo, la carrera, más corta “hacia el conocimiento, nos
convenció”.
De
allí, que nos pusimos a disposición, de las sugerencias, sobre el estudio, en
que colegios debía ingresar, que Empresa o Institución era la conveniente.
Todo
en razón del material, que debía investigar, para el libro.
O sea
todo, lo que fue desenvolviéndose, desde ese momento fue chequeado, por Ellos,
“esto sí, esto no” y así, hasta dónde yo, debía trabajar, para
solventar, sus estudios.
Aclaro,
algo que es sumamente, importante, y casi diría de Seguridad Nacional: “Que
Argentina, fue elegida, privilegiada, con el Don de poseer, por primera vez, en
el mundo, la visita, el contacto personal, de Seres, de otras Galaxias”.
Por
lo tanto, le cabe solamente, a Argentina, evaluar
e investigar el hecho.
Yo,
como Argentina, me debo, a mi País y a mis Fuerzas Armadas.
Me
resta decir, que: “No quiero nada, no pretendo nada, todo lo que tenía que decir, ya lo
dije”.
Solo,
me resta esperar, como me lo indicaron, y solo, de mi proceder, será el buen
resultado, por lo cual, no quiero, ni debo defraudarlos, ya que, los primeros
perjudicados, seriamos, mi hijo y yo.
De
ahora en más, nada será como era entonces.
No
puedo borrar con el codo, lo que escribí, con la mano.
No
puedo borrar, lo que está escrito, en el Universo.
No
tengo el poder, de paralizar el mundo, para que no gire.
No
puedo parar, o interrumpir, la misión específica de la humanidad, “hacia el
Cosmos”, no cree este mundo, solo soy creación de él.
Soy
parte de la Humanidad, y por lo tanto, un engranaje, de esta maquinaria, que nos
guste, o no, sigue su proceso evolutivo, que nada, ni nadie, puede evitar,
interrumpir, detener, u obstaculizar.
“Creo
que estamos en el final de los tiempos”.
Y el planeta debe rendir examen, por la
superación de los siglos, mostrar, su poderío atmosférico, en todas sus
formas, diluvios, huracanes, terremotos, maremotos, sequías, nevadas, volcanes,
etc.
“A
lo cual deberíamos estar preparados, para la Batalla Final”.
Respetuosamente, con fe y humildad, María.